jueves, 12 de enero de 2012

Cuerpo en movimiento: formas alternativas para el autoconocimiento y el trabajo corporal

ANTIGIMNASIA: una propuesta para liberar el cuerpo de tensiones

La terapeuta francesa Therése Bertherat explica cómo funciona su técnica de conocimiento y movilización corporal. También un panorama de métodos alternativos, como pilates, streching y reeducación postural-

Nuestro cuerpo es nuestra casa. Sin embargo, no tenemos plena conciencia de él, no sentimos las relaciones entre sus diferentes partes e ignoramos totalmente cómo lo movemos. Adquirimos un repertorio mínimo de movimientos que repetimos durante toda nuestra vida sin entender que sólo representan una pequeñísima muestra de nuestras posibilidades. La antigimnasia se propone entrar en contacto con el cuerpo y sus potencialidades para liberarlo de las tensiones y retracciones en que se tradujeron los acontecimientos de la vida desde el día del nacimiento hasta el presente."

Con una certeza inconmovible, Therése Bertherat articula los engranajes del método que creó en Francia en la década del 70 y hoy cuenta con centros en varios países de Europa y Brasil. Una visita fugaz por Buenos Aires inició al primer grupo de discípulos argentinos: fisioterapeutas, trabajadores corporales y psicólogos dispuestos a incorporar la metodología de la antigimnasia entre sus herramientas terapéuticas.
"Todo está escrito en el cuerpo", dice con firmeza esta mujer acostumbrada a defender sus conocimientos contra viento y marea. Y aunque no se cansa de repetir que la antigimnasia trabaja sobre bases anatómicas y fisiológicas muy concretas, afirma que es imposible olvidar que el ser humano es una integridad psicofísica.

Un registro de vivencias

"El cuerpo y el espíritu, lo psíquico y lo físico, la fuerza y la debilidad representan no la dualidad del ser, sino su unidad. A veces vemos personas de 50 años que siguen sufriendo por dolores que arrastran desde la cuna, son sufrimientos de los primeros meses o años de vida que se traducen en inhibiciones musculares, porque los músculos tienen un estricto registro de todas nuestras vivencias."

Una visión de conjunto, del cuerpo como unidad física integrada y a la vez indiscriminado del psiquismo, es el soporte ideológico de su pensamiento, opuesto a la "medicina occidental, que estudia al cuerpo fragmentado".

Para comprender por qué su método se define por lo que no es, con un anti que le da identidad, es necesario aclarar de quién depende diferenciarse. Tal como Bertherat relata en su primer libro (El cuerpo tiene sus razones. Autocura y antigimnasia, Ed. Paidós), disconforme con los procedimientos "mecanicistas y crueles" de la gimnasia médica clásica en la que se formó originalmente, llegó hasta Françoise Mezieres, una terapeuta francesa que la introdujo en lo que sería el concepto central de su teoría: el dominio tiránico que la cadena muscular posterior mantiene sobre el cuerpo.

Se trata de un conjunto de músculos completamente articulados que se inician en la nuca y se prolongan a lo largo de toda la parte posterior del cuerpo hasta los pies. Therése Bertherat define la cadena muscular posterior, con ironía, como un "tigre que vive agazapado en los músculos de la parte de atrás del cuerpo: la espalda, pero t
Su primacía sobre la mitad anterior del cuerpo es tan terminante, según esta teoría, que se puede responsabilizarla de la mayor parte de las patologías del sistema musculoesquelético. Si a una persona le duele la espalda, no es por falta de fuerza, como habitualmente se supone, sino todo lo contrario, es por exceso de fuerza: los músculos posteriores trabajan demasiado. Sin parar tiran hacia ellos y no dejan ninguna oportunidad a los músculos de la parte delantera de hacer lo que deben.

"Este desequilibrio entre la parte de adelante y la de atrás de nuestro cuerpo lo hemos heredado de nuestros ancestros, las serpientes, que sólo tienen músculos en la espalda. Pero nosotros, humanos, vivimos de pie y para guardar nuestro equilibrio, nuestros músculos de la espalda han debido contraerse, crisparse. El único remedio a nuestra condición de bípedos es aprender a adiestrar a nuestro tigre. Llegar a ser su propio domador es una de las metas de la antigimnasia", define Bertherat.
Las clases son grupales, se prolongan durante 90 minutos y se organizan en ciclos de diez sesiones, que cada participante decide o no renovar. A la información sobre el funcionamiento de la musculatura posterior le sigue una serie laboriosa de movimientos precisos que propagan la capacidad de movimientos a la geografía de todo el mapa corporal.

Sin embargo, la palabra, la reflexión, la expresión de las sensaciones y de las emociones también tienen un espacio reservado en las clases. Aunque asegura que personalmente preferiría delimitar su trabajo al campo de la fisiología, la creadora de la técnica prefiere ser honesta consigo misma y enfrentar la realidad que sus pacientes le han enseñado durante años: las movilizaciones corporales provocan movilizaciones emocionales: la gente ríe, llora, libera las historias que fueron escribiendo sobre su cuerpo y quedaron aprisionadas bajo la forma de "escudos, corazas que lo dejan rígido. Y si no tenemos en cuenta estas formas de defensa que produce el cuerpo podemos trabajar con la mejor técnica corporal, pero los efectos que vamos a lograr no serán duraderos".

Su propuesta, no obstante, no apunta a tratar los conflictos emocionales subyacentes, sino apenas a contener la catarata emocional que puede desplegar el trabajo corporal. "Tenemos que entender que si alguien logra moverse de otra manera y libera las ansiedades ocultas detrás de esas corazas musculares, probablemente querrá hacer otra vida, empezar de nuevo. Pero no debemos olvidar que mi propuesta es de autocuración. Nosotros no curamos a nadie. Los pacientes se curan solos."
Tal como dice en el libro que funciona como guía de los seguidores de la antigimnasia: "Hay una casa que lleva su nombre. Usted es el único propietario, pero hace mucho tiempo que ha perdido las llaves. Sin embargo, es posible encontrar las llaves de nuestro cuerpo, tomar posesión de él, habitarlo al fin, para hallar la vitalidad, la salud y la autonomía a las que tenemos derecho".
ambién la nuca, los lumbares, las nalgas, la parte de atrás de los muslos y de las dos piernas, debajo de los dos pies y de los diez dedos". 

documento por  Por Tesy De Biase Para LA NACION 

 SE TRABAJA POR MEDIO DE PELOTAS
 

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